1. Comunicación amigable:
Antes de la cita en el laboratorio, hablen con el niño sobre lo que sucederá. Explíquenle que se tomará una muestra para ayudar a los médicos a cuidar de su salud. Use un lenguaje amigable y evite palabras que puedan asustar.
2. Tiempo apropiado:
Elijan un horario conveniente para el niño. Eviten las horas de hambre o cansancio, ya que esto puede aumentar la ansiedad.
3. Distracción divertida:
Lleven un juguete favorito, un libro o incluso un dispositivo electrónico para distraer al niño durante el proceso. La distracción puede hacer que la experiencia sea mucho más llevadera.
4. Ropa cómoda:
Vistan al niño con ropa cómoda y de manga corta. Esto facilita el acceso al brazo en caso de una extracción de sangre y reduce la sensación de restricción.
5. No prometan «Sin Dolor»:
Eviten prometer que «no dolerá», ya que en algunos casos puede haber un ligero pinchazo. En su lugar, enfaticen que estarán allí para apoyar al niño y que el proceso será rápido.
6. Celebración después del proceso:
Animen al niño con una pequeña recompensa o un elogio después de completar la toma de muestra. Esto refuerza una asociación positiva con la experiencia.
7. Técnicas de relajación:
Enseñen al niño técnicas sencillas de relajación, como la respiración profunda o contar hasta tres, para ayudarlo a mantener la calma durante la toma de muestras.
8. Haga que el niño se sienta Importante:
Permitan que el niño participe activamente en el proceso, como eligiendo el brazo donde se tomará la muestra si es posible. Háganlo sentir especial y parte del equipo.
¡Hagamos de las visitas al laboratorio una experiencia positiva y tranquila para nuestros pequeños!
¡Su salud es lo más importante!