Este ensayo contribuye a identificar individuos infectados anteriormente por el virus y a evaluar el grado de exposición de una población. Tras la infección con el SARS‑CoV‑2, se crea una respuesta inmune contra el virus, incluida la producción de anticuerpos específicos contra los antígenos virales. Si bien la IgM desapare alrededor de la 6.ª‑7.ª semana, en ese momento se observa una elevada seropositividad de IgG. Mientras que la IgM suele ser el principal tipo de anticuerpo secretado en la sangre en las etapas tempranas de una respuesta inmune primaria, las concentraciones y el orden cronológico de la aparición de anticuerpos IgM e IgG parecen ser altamente variables para el SARS‑CoV‑2. Los anticuerpos IgM e IgG anti‑SARS‑CoV‑2 a menudo aparecen de forma simultánea, y se han comunicado algunos casos en los que la IgG aparece antes que la IgM, lo que limita su utilidad diagnóstica.
Se recomienda realizar esta prueba a partir de la segunda-tercera semana posterior a la exposición.
Esperar coagulación (de 15 a 30 minutos, no más de 2 horas). Centrifugar inmediatamente 10 minutos a 3000-3500 rpm.
Preferible: Tubo tapón rojo con gel.
Aceptable: Tubo tapón lila (EDTA).
Preferible: Suero.
Aceptable: Plasma
TA: (20-25) °C
2 días
R: (2-8) °C
7 días
C: -15 °C
1 mes
Hemólisis o lipemia fuerte. Muestra inactivada con calor o con contaminación microbiana evidente.
Los resultados negativos no descartan la infección de SARS-CoV-2, especialmente en las personas que hayan estado en contacto con el virus. En estos casos, se debe valorar realizar análisis de seguimiento mediante diagnóstico molecular para descartar infección.
Hombres y mujeres
Negativo: < 1.4 Index (S/C)
Positivo: ≥ 1.4 Index (S/C)