Se utiliza como ayuda en el diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2, junto con las manifestaciones clínicas y otras pruebas de laboratorio. Estos resultados no se deben utilizar por sí solos para establecer un diagnóstico.
Los anticuerpos IgM específicos frente al SARS-CoV-2 se pueden detectar en los pacientes con COVID-19 durante la fase sintomática de la enfermedad, después de que el RNA ya no sea detectable. Este ensayo junto con otros ensayos serológicos IgG, desempañará un papel importante en la investigación y el seguimiento de este nuevo virus patológico.
Se recomienda realizar esta prueba a partir de la segunda-tercera semana posterior a la exposición.
Esperar coagulación (de 15 a 30 minutos, no más de 2 horas). Centrifugar inmediatamente 10 minutos a 3000-3500 rpm.
Preferible: Tubo tapón rojo con gel.
Aceptable: Tubo tapón lila (EDTA), tubo tapón verde (heparina de litio)
Preferible: Suero.
Aceptable: Plasma
TA: (20-25) °C
2 días
R: (2-8) °C
7 días
C: -15 °C
1 Mes
Hemólisis o lipemia fuerte. Muestra inactivada con calor o con contaminación microbiana evidente.
Los resultados negativos no descartan la infección de SARS-CoV-2, especialmente en las personas que hayan estado en contacto con el virus. En estos casos, se debe valorar realizar análisis de seguimiento mediante diagnóstico molecular para descartar infección.
Los resultados de análisis de anticuerpos no se deben utilizar por si solos para diagnosticar o descartar la infección por el virus SARS-CoV-2, o para informar sobre el estado de la infección.
Los pacientes inmunodeprimidos que sufran COVID-19 pueden presentar una demora en la respuesta de los anticuerpos y generar niveles de anticuerpos que no se detecten como positivos con el ensayo.
Hombres y mujeres
Negativo: < 1.0 Index (S/C)
Positivo: ≥ 1.0 Index (S/C)